Durante los cuatro primeros meses de este año, la compañía Endesa ha detectado en Balears 1.007 casos de fraude para conseguir electricidad gratis. Es decir, una media ligeramente superior a los ocho diarios. Puentes en el contador de la luz y conexiones con la red exterior o con el vecinos forman parte del catálogo de una picaresca que la crisis económica ha agravado y que ha llevado a la empresa suministradora a reforzar sus brigadas dedicadas a combatir este tipo de comportamientos.
Nadie oculta que los problemas económicos por los que atraviesan muchas familias isleñas están detrás de este fenómeno, que crece paralelo al aumento de los clientes de Endesa que directamente optan por no pagar el recibo de la luz. Esta morosidad se está incrementando de una forma especialmente acentuada en el caso de los hogares, frente al aumento algo inferior en el ritmo de las Administraciones públicas y la mayor estabilidad en el cumplimiento de los pagos por parte del empresariado, pese a que la compañía eléctrica aparece sistemáticamente entre los afectados por los concursos de acreedores que se han ido presentando en las islas. El resultado es que frente a unos impagados por valor de 12 millones de euros en noviembre de 2007, en estos momentos esta morosidad alcanza ya los 30 millones, de los que 10 millones corresponden a las Administraciones públicas.
Un aspecto en el que Endesa hace especial hincapié es el de los riesgos que ese tipo de fraude supone para su autor. En primer lugar el económico, dado que la detección de estos casos conlleva el tener que abonar la electricidad que se ha consumido de forma irregular más la correspondiente sanción, o la retirada del contador. Pero se destaca muy especialmente el riesgo para la integridad física, dado que las posibilidades de sufrir una descarga eléctrica mientras se manipulan las líneas sin los conocimientos suficientes son muy elevados.
Como se ha indicado, dos son los casos más habituales. El primero es el de hacer un puente en el contador, con el objetivo de que éste no registre la electricidad que se consume. El segundo es el de crear una doble acometida, es decir, realizar una conexión directa con la red exterior de suministro que en ocasiones se camufla enterrándola bajo tierra.
Refuerzo en las brigadas
La única opción que le ha quedado a Endesa ante el aumento de este tipo de fraude ha sido el de reforzar las brigadas que se ocupan de realizar las correspondientes inspecciones, hasta situar su plantilla entre las 35 y las 40 personas.
En el primer cuatrimestre del año estos equipos han realizado 9.700 trabajos de inspección, de los que 1.700 han estado motivados por denuncias se particulares y 6.100 por las campañas que la eléctrica realiza para hacer ´barridos´, especialmente por las zonas que se han demostrado más conflictivas en esta materia. Y el resultado ha sido la apertura de los 1.007 expedientes por fraude. Que no necesariamente implica que haya 1.007 defraudadores, ya que existen casos de reincidentes a los que se detecta la irregularidad un mes para comprobar que al cabo de un tiempo vuelven a intentarlo, según se matiza desde Endesa.
Una vez detectada esta irregularidad, la empresa eléctrica analiza el tiempo durante el que el cliente no ha registrado consumo alguno gracias al fraude realizado, y se hace una estimación de los desembolsos que hubiera tenido que realizar para así reclamar su pago, además de la sanción correspondiente.
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