LAS ELÉCTRICAS APUNTAN AL PREPAGO DE LA LUZ PARA ATAJAR EL IMPAGO DE RECIBOS
Las compañías eléctricas no son ajenas al elevado riesgo de morosidad que asola otros negocios como las telecomunicaciones y la banca. Y velan armas para ponerle coto. Al punto de que en los cuarteles generales de Iberdrola, Endesa y Gas Natural ya se diseñan fórmulas de prepago de la luz como fórmula para cubrirse las espaldas en clientes de riesgo y evitar el agujero de origen. De hecho y según admiten fuentes de las tres empresas, la crisis ha disparado los tiempos de recobro de los impagos al tiempo que ha disminuido su margen de reacción, sobre todo en pymes que caen en concurso y se ven abocadas a la posterior liquidación.
“Es normal que las eléctricas se estén empezando a preocupar –explica Óscar Tuduri, director de TDX Indigo, firma especializada en la gestión de carteras de impagados–. No en vano, su morosidad ronda ya el 5% de su facturación y más de cinco millones de clientes cambiaron de operador en el mercado libre durante el año 2012. En muchos de esos casos, hablamos de perfiles de alto riesgo a los que se acepta porque no se tiene toda la información para gestionarlo, a veces incluso porque se manejan bases de datos de hace 20 años. Del mismo modo, las pymes están suponiendo todo un agujero para las eléctricas”.
Hoy el mercado es más complejo operativamente, pero los contadores de telegestión van a permitir que se desarrolle y se utilice como una herramienta más. Si a un cliente con riesgo alto le cobramos antes, el riesgo lo equilibramos
Según explica Pablo Pérez-Cerdá, responsable de la dirección técnica del ciclo de ingresos de Gas Natural Fenosa, “el prepago es el modelo ideal para la morosidad”. En esta línea, menciona el desarrollo de proyectos piloto en Galicia y su aplicación decidida en Latinoamérica, en países como México o Panamá. “En Monterrey, en zonas de narcotráfico en las que las familias dejan las casas y se impaga el gas, una forma de retener a los clientes es mediante contadores prepago. Y cada vez que se recarga el contador del gas, una parte sirve para recuperar la deuda. Está funcionando para 60.000 o 70.000 clientes”, subraya.
En esta línea, Antonio Zamora, subdirector de cobros de Endesa, dejaba claro durante un encuentro sobre Gestión del riesgo de crédito celebrado esta semana en el Club Español de la Energía que los tiempos han cambiado. “En el pasado nunca llegó a cuajar porque una misma empresa controlaba todo el ciclo de la energía –afirma–. Sin embargo, hoy en día es una solución en la que habrá que profundizar. Hoy el mercado es más complejo operativamente, pero los contadores de telegestión van a permitir que se desarrolle y se utilice como una herramienta más. Si a un cliente con riesgo alto le cobramos antes, el riesgo lo equilibramos”.
A la espera de contadores ‘inteligentes’
En efecto, el momento clave para acometer estos procesos llegará cuando haya culminado la implantación de contadores inteligentes en todas las viviendas con potencia contratada hasta 15 kilovatios, esto es, los suministros domésticos. Un cambio que tiene que llevarse a cabo por imperativo legal y que las compañías esperan que esté concluido para el año 2018. Los nuevos aparatos, que permiten realizar a distancia la lectura del consumo y llevar a cabo la facturación sobre lecturas reales y no estimadas, abren todo un abanico de posibilidades en la relación de los usuarios con la compañía, que podrá efectuar las comprobaciones a distancia.
Iberdrola comparte la reflexión y también acude a su experiencia internacional. “El prepago puede ser una solución válida. Scottish Power tiene 700.000 clientes bajo esa modalidad”, subraya Íñigo Rodríguez-Maribona, de la división de riesgo de crédito y cobros. Todo tras apuntar que en Reino Unido la regulación “es más estricta para el suministro” y recordar que en España, como comercializadoras de último recurso, las empresas están obligadas a aceptar clientes, una restricción que deja de operar cuando se trata del mercado libre. “Ahí es cuando resulta importante actuar preventivamente”, puntualiza.
“El incremento de impagados nos ha afectado de manera importante –remata Zamora–. Evidentemente, menos que a otros sectores, pero sobre todo hemos notado un alargamiento de los plazos de los periodos de pago, especialmente en los clientes particulares. Los casos de pymes que han ido a procesos concursales han sido bastante numerosos”. Y, como recuerda Rodríguez-Maribona, un 90% de esos casos terminan en liquidación. ¿Suficiente como para comercializar y vender carteras de deuda? “Es algo que hasta ahora no se ha trabajado, pero es una posibilidad más”, se apunta desde Endesa. Tiempos de mudanza, también para las utilities.
FUENTE: El Confidencial
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