lunes, 3 de octubre de 2016

La estabilidad del águila perdicera en España pasa por la corrección de las torres eléctricas.

Un estudio de la Universidad de Barcelona pone de manifiesto que salvar dos ejemplares adultos territoriales o cuatro ejemplares jóvenes cada año de esta amenazada ave serviría para que su población se mantuviera estable en Cataluña.

«Salvar dos ejemplares adultos territoriales o cuatro ejemplares jóvenes cada año serviría para que la población de águila perdicera se pudiera mantener estable» en Cataluña, explica Joan Real, director del Equipo de Biología de la Conservación, vinculado al Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales y al Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la Universidad de Barcelona (IRBio). La acción más eficiente, apunta el experto, sería concentrar los esfuerzos de conservación en corregir determinadas torres eléctricas, que son «verdaderos puntos negros para las aves».
Un trabajo publicado en la revista Biological Conservation despliega por primera vez un modelo estadístico para evaluar el impacto de las muertes por electrocución en la población de águila perdicera en Cataluña, y cuantifica las acciones de mitigación que sería necesario desarrollar en la práctica para conservar la población de águilas en distintas áreas, informa AlphaGalileo.
Al menos 92 águilas perdiceras, una especie en peligro de extinción en Europa, han muerto en Cataluña por electrocución desde 1990.
A partir de las características técnicas de los soportes eléctricos y de su emplazamiento, el modelo predictor desarrollado por los investigadores permite identificar las torres más peligrosas para las aves y focalizar el esfuerzo de corrección en los puntos negros. Este procedimiento permite optimizar en más de un 70% los recursos dedicados a la corrección (dinero y tiempo), y a la vez obtener unos efectos muy positivos sobre las águilas. «La prueba pionera de esta iniciativa se realizó en el Parque Natural de Sant Llorenç del Munt y ha permitido reducir la mortalidad de las águilas de un 23 a un 0% en los últimos años», recuerda Real.
«El nuevo modelo estadístico, así como las investigaciones realizadas en los últimos años —continúa Real—, indican que evitar la muerte de adultos es unas diez veces más eficiente demográficamente que hacer el esfuerzo de que vuelen más polluelos. Esta información es muy importante de cara a los gestores, ya que les permite ser más efectivos y optimizar sus recursos».

Corrección de líneas

La mayoría de la población europea de águila perdicera —entre 920 y 1.100 parejas— se encuentra en la península Ibérica. Esta especie, amenazada en toda Europa, se ha reducido dramáticamente en las últimas décadas. Cataluña no es una excepción en esta tendencia general. Del cerca del centenar de parejas que había en los años 90, se pasó a solo sesenta a principios de 2000. En la actualidad, sin embargo, la población se ha estabilizado y se observa la colonización de algunos territorios. No obstante, en el sector noroeste y en el centro peninsular la situación es alarmante para algunas poblaciones, que se encuentran en riesgo alto de desaparecer, explica la Universidad de Barcelona en un comunicado.
La gran mayoría de las muertes son causadas por los accidentes con líneas eléctricas y por la persecución humana.
«Es bastante preocupante que a pesar de haber una legislación adecuada tanto del Estado español como de la Generalitat de Cataluña desde hace más de diez años, en Cataluña no se corrijan líneas eléctricas y miles de pájaros mueran electrocutados cada año. Hoy en día, para la supervivencia de las poblaciones de águilas este es uno de los impactos más graves», concluye Joan Real.

Fuente: ABC.es
Enlace: http://www.abc.es/natural/biodiversidad/abci-estabilidad-aguila-perdicera-espana-pasa-correccion-torres-electricas-201610031309_noticia.html